Terapias Regenerativas

 

La Medicina Regenerativa se define como ”una especialidad que aplica los principios de la ingeniería y las ciencias de la vida en la fabricación de sustitutos biológicos para mantener, restaurar o mejorar la función de órganos y tejidos en el cuerpo humano”.

La medicina regenerativa, versa sobre la capacidad de las células madre (CM) de diferenciarse en células de varios tejidos; así el organismo puede reemplazar células dañadas por otras sanas. En el ámbito de la medicina regenerativa, hay tres estrategias para la aplicación de futuros tratamientos: la administración de células madre o de células progenitoras, la inducción de sustancias, y el trasplante de órganos y tejidos obtenidos in vitro.

El método más empleado es el transplante de CM, que tienen la capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos de tal formas que es factible diseñar partes de reemplazo del cuerpo humano como hueso, cartílago, válvula cardiaca, vejiga, etc. Según su estado evolutivo, las células madre pueden clasificarse en embrionarias y adultas. Entre las principales células madre con potencialidad terapéutica se han señalado las embrionarias, las fetales, las amnióticas, las de la sangre del cordón umbilical, las adultas y más recientemente, las células con características embrionarias que se han obtenido mediante la reprogramación de células adultas y que se han llamado células madre pluripotentes inducidas. Lo más habitual es la utilización de CM procedentes de la medula ósea que mediante diferentes mecanismos pueden concentrarse o incluso expandirse y orientarse hacia tejidos concretos. Sin embargo en la actualidad no existe experiencia clínica suficiente para recomendar estas aplicaciones salvo en casos muy concretos como la falta de consolidación ósea (pseudoartrosis) y las necrosis óseas como la de la cadera (cabeza del fémur) o la de la rodilla (cóndilo femoral).

 Las terapias biológicas con efectos regenerativas, como los factores de crecimiento (PRP), la Ozonoterapia y la Proloterapia que contribuyen a la renovación celular y a mejorar las condiciones de los tejidos sí gozan de experiencia clínica  superior a 10 años y son recomendables en aquellos casos en que la cirugía no es posible o deseada y que por otra parte los tratamientos conservadores habituales no son efectivos.

Las patologías en que se puede aplicar son varias como: Artrosis (rodilla, cadera, codo, hombro...), lesiones ligamentosas, lesiones tendinosas, columna vertebral, hernias discales, poliartralgias, fibromialgia, síndromes neurológicos, síndromes degenerativos, condropatía rotuliana, fascitis plantar...